lunes, 27 de junio de 2016

Relación Sumaria: 26 de junio de 1599

RELACION SUMARIA DE LO SUCEDIDO EN LA ISLA DE CANARIA, CON EL ARMADA de Olanda y Zelanda, de setenta y seys naos, y estuvo en ella desde Sábado veinte y seis de Junio, hasta ocho de Julio siguiente de este año de noventa y nueve, conforme a lo que se vido, y la información que se va faziendo por los Señores del Audiencia Real.
Mapa de Cassola describiendo el ataque inglés de 1595. La ciudad se encontraba protegida por la muralla, abajo a a izquierda.

El dicho dia Sábado veinte y seis de Junio amaneció y vino entrando la dicha armada en el puerto principal della, sin embargo de mucha artilleria que de la fortaleza se le disparó, que hizo mucho daño en todas las naos, y en la Capitana, y otras Fustas que se quedaron y fueron despues al fondo, y en una hora que duró el entrar y surgir dicha armada, toda yva y fue (despues de surta) disparando su artillería a la fortaleza, con que de último limpiaron la playa de armas della, y en el disparar su artillería.
Luego que se vieron las velas se tocó a rebato, y se tuvo por cierto ser de enemigos, por avisos que se habían tenido. Los Señores Regente y Oydores salieron por la ciudad en sus caballos armados, y lo propio salió Alonso de Alvarado Governador y Capitan de la isla, y juntas las cinco compañas de la ciudad, de que eran Capitanes Antonio Lorenço, Juan Martel, Juan Ruyz de Alarcón, Francisco Cabrejas Toscano, Baltasar Chamoso, con las onze piezas de Campo de la ciudad, salieron della la buelta del puerto, donde yva entrando el enemigo. También salió el Obispo e Inquisidores, Clérigos y Frayles, sin que en la ciudad quedasse nadie, y por sospecharse que yva el enemigo a hazer su desembarco en la Caleta de Santa Cathalina, como lo intentó el Armada Inglessa el año de 95.
Llegado a ella, el dicho governador Alonso de Alvarado ordenó y repartió la gente por las Trincheas que alli están, a que le ayudó el Licenciado Antonio Pamo Chamoso su Teniente, y don Antonio de Eredia Sargento Mayor y también le repartió el Artillería de Campo, y los señores Regente y Oydores animando la gente, diziendo "Ea, sus a ellos" teniendo el señor Regente en la mano una espada desnuda, y ofrecieron al dicho Governador el favor y ayuda necessaria, para que se hiciesse y executasse todo lo que convieniesse, e los dichos señores del Audiencia se pusieron a lo último de las dichas trincheas, y más cercanos a la mar y al dicho puerto, e viendo que el enemigo entrava dentro del puerto debaxo de la fortaleza, el dicho señor Governador embió al Capitán Juan Ruyz de Alarcón con su compañía, y la gente de Juan Martel que estaba ausente de la Isla, con dos pieças de Campo pequeñas que fuesse a ocupar unas Trincheas que estan enfrente del desembarcadero del dicho puerto, y otras dos embio al Capitan Jusepe Hernandez Nuñez que avia llegado con parte de la gente de las compañías de la ciudad de Telde, de donde era Cabo, y los Capitanes de la dicha ciudad Andres de Betanço y Juan de Xara.

 Como la dicha Armada fue surgiendo, cada nao traýa su lancha por popa, y algunas a dos y a tres. Todas estas la fueron poblando de gente, que saliendo de entre las naos, se vieron que serían como ciento y cincuenta, y en ellas veynte y siete vanderas, y acercándose al desembarcadero del dicho puerto de las trincheas, se les disparó las dos pieças de Campo, y de la fortaleza una pieça gruessa con lenternas de pedernales, que en la vanguardia de las lanchas se vido hazerles mucho daño, y por acostarse la gente, con el daño que recebían, se anegaron dos lanchas, y assi se retiraron a las naos. Luego fue toda esta multitud de lanchas a la Caleta de Santa Catalina, y antes de llegar a ellas fue innumerable la Artillería que se disparó a las trincheas della, y alli cerca de los señores del Audiencia mataron un hombre y dos bueyes que llevavan una pieza que alli tenian, y llegando las lanchas se le disparo el artilleria de Campo, que hizo mucho estrago en ellas, y se atrumbo y fue a fondo otra lancha, que se vido andar la gente nadando, y assi se tornaron a retirar hazia el puerto, por lo cual dejando el dicho Governador en las Trincheas parte de las compañias de la ciudad, y la del Capitán Aracibia del lugar de Terore, con parte de la Artillería del Campo. Con la demás gente y artillería, fue caminado por tierra a las parejas del enemigo, que yvan en sus lanchas por la mar. El qual con gran furia de repente arremetió contra ellas, hasta estar casi encalladas en un Caletoncillo muy pequeño, y surgio antes de llegar a la playa grande (parte donde jamás llego, ni se entendió podría llegar ninguna barco ni batel.) Y allí enfrente del dicho Caletoncillo estavan los naturales en sitio muy acomodado, como un Médano de arena pegado al agua, que servía de trinchea, del qual di[spa]ró una rociada con la artillería de Campo, y arcabuzería a las dichas lanchas, y luego otra que se vido hazerles gran daño, en particular un sacre, que estaba más atrás a cargo de Juan de Legrete, Cabo de los Artilleros la qual resistencia estaban presentes que yvan con la gente y el dicho governador, y en fin con daño en la gentes y lanchas, se retiró el enemigo hazia fuera, sin que muchedumbre della y de los Mosquetes y esmeriles, y versos con pedernales de las lanchas hiziessen daño a los naturales, por la razón dicha, y tornando a acercarle al dicho desembarcadero del puerto, se volvieron a retirar hazia los navíos, porque de las trincheas dispararon dos pieças, y verlas ocupadas con la dicha gente de Telde, y compañía del dicho Capitán Juan Ruyz de Alarcón, y Juan Martel. Y cerca de las naos se juntaron todas un poco, como en consulta, y a esta ultima retirada, la gente dela tierra, le dió una bozería, y empeço a publicar victoria, y vino corriendo la boz a la ciudad.

Visto el enemigo la resistencia que hallava en todas partes, acordó de hazer su desembarcación al principio de la playa grande del puerto apartado del desembarcadero y trincheas del, y como dos carreras de cavallo de donde estavan los naturales, y que la fortaleza se entiende no alcançaría con las lenternas (parte donde jamás se entendió ni ymaginó que podría ningún enemigo desembarcar) por no aver llegado ningún barco ni batel, por ser de ordinario mala mar de leva que regentaba muy afuera, y barios, y así por esto no tenían en toda aquella playa trincheas ni reparo, que fue lo que le apeteció de hacer allí su desembarcación, y ayudándoles la mar con estar muy bonança sin ninguna ola, y la marea que venía creciendo, y así con gran furia  arremetió con sus lanchas, y estando encalladas la una con la otra, que se entendió después cerca que venía allí el general, y otros a sus lados, y saliendo dellas como setenta o ochenta hombres: los naturales sin aguardar a que faltasen mas numero  de gente que sirviese de trinches, con demasiado ánimo salieron toda la vanguardia del sitio donde estava, y a todo correr fueron haza las dichas lanchas, y el dicho Governador Alvarado con ellos, y las dichas lanchas pararon de echar gente, y procuraron desencallar y apartarse afuera las que pudieron, y a esto salieron delas trinches del puerto, y vinieron a todo correr la gente que en ella estava, y sin embargo de que eran muchos los balazos de Artilleria que de las Naos les tiraron como los vieron yr, con Mosquetes y Esmeriles, y Versos de las lanchas, y con que mataron algunos.

Los naturales les llegaron a las manos, y en breve alancearon y mataron arrimados a las lanchas todos los desembarcados, y hecho esto empeçaron a hazer lo propio a la gente de las lanchas encallada, y el Capitan Zebrian de Torres de la Vega con una alabarda se tiro tres golpes y botes al general de la dicha Armada con que derribo en la propia lancha y le dio tres heridas, y sino estuviera armado le matara, y de las otras lanchas le mataron con la mosqueteria, y esmeriles a el y a otros, y tornandose a levantar, el dicho General, y otros dellos, que llegaron los derribaron en el agua, y se guarecio entre las lanchas, el agua a la garganta, y allí en ella le mataron dos Capitanes y mas gente, y la que quedava salto al agua, y lo propio hizieron otras tres o quatro lanchas. De modo que quedando sin gente las desencallaron, y salieron la gente, aunque no toda, y así quedando los naturales en la playa rasa, sin aver donde encubrirse un solo ombre de todas las lanchas, las empeçaron a apocar con rociadas de mosqueteria sin cesar y Esmeriles y versos con saquillos de pedaços de clauos y hierros, con que si aguardaran no quedara ninguno en la playa por muchos que fueran, y ansi andando los dichos Regente y Oydores, haziendo a la mas gente que quedaba en el sitio, llegase y que viniesse de la gente de las trincheas de Santa Catalina, y los naturales a toda priessa venian retirandose al sitio que tenian antes, quedando muertos el dicho Capitán Zebrian de Torres y Clemente Jordan Capitan de armas, y el Alferez del Capitan Juan Ruyz de Alarcon, ante el Teniente Chamoso y otras muchas personas y gente onrada, y trayendo una pierna quebrada el dicho Governador, y sin su cavallo, y el Capitan Andres de Betanços, de Telde, herido, que despues murio, y el Capitán Juan Ruyz de Alarcon y otros muchos, y del dicho sitio se hizo todo el daño que se pudo al enemigo en las lanchas y gente que desembarco: con que se arruynaron siete lanchas que dexaron alli anegadas, y sin embargo dello prosiguio su desembarcacion, echando tierra como quatro mil hombres con las veynte y siete vanderas, que a todo correr atravesavan la playa por el daño que recebian, y gente que les mataba el Artilleria de Campo, y se encubrieron con unos Medanos baxos de arena, y de allí se fueron por su orden hazia otros mas altos y superiores al sitio donde los naturales estavan, y en distancia que con su Mosqueteria lo limpiaran todo sin dexar ombre con vida por no aver donde repararse, sin que los naturales con su arcabuzeria pudiessen hazer daño al enemigo, por no alcançar a la mitad del camino, y asi se concertó por forçosa la retirada, y luego se puso a efeto en buen passo, y los señores Regente y Oydores (con gran riesgo, y el Licenciado Chamoso que quedó haziendo oficio de Governador y Capitan de la Isla con su Theniente se detuvieron, por retirar seys pieças de campo que se retiraron  a la ciudad, y solo quedo en poder del enemigo un Sacre grande, por averle muerto dos bueyes de quatro que se llevavan, y estar plantada entre medanos de arena, en no poderla sacar, e dos pequeñas de las trincheas del puerto. De la otra parte de el enemigo otras dos, que reventaron cuando las diaparava. Y a el retirar a la ciudad fue mucha la artilleria que los navios disparavan a nuestros naturales, con que se entendio que avia muerto mucha gente, y fue Dios servido que no fueron mas de tres y algunos heridos.

Llegados a la Ciudad, el Audiencia dizo al Licenciado Chamoso, que tomasse el baston en lugar de su governacion y Capitan de la Isla, y el sargento Mayor anduviesse en su compañia: tapiaronse las puertas de la ciudad, y se subio el artilleria al cerro alto de San Francisco, y se detuvo y junto toda la gente que se pudo de la retirada, y se espero al enemigo, y se mando a una esquadra de ombres sueltos, y algunos de a cavallo, de la compañia de Miguel de Muxica capitan de la cavalleria de la Isla, fuessen a reconocer al enemigo que yva en un esquadron hazia un termino de Tamarasayte, una legua de la ciudad, por medio del qual passan los mas  de la ciudad van a los pueblos, los quales viendo yr tres compañias, se les pusieron al fin de un risco alto por donde avian de passar, y assi los enemigos se retiraron y bolvieron donde estaban los demas.
Hasta ya sobre tarde se estuvo el enemigo cerca donde avia desembarcado, y las lanchas traxeron mas gente de las naos, con que harian numero de seys mil hombres, y se repartio en cinco esquadrones. Y este dia en la tarde fueron hazia la fortaleza la qual se rindio, aviendo por amenazas que se le hizieron, y ver el Alcayde de tanta maquina y poder de navios y lanchas (nunca por el vistas) y tanta artilleria que se le disparo, con que limpiava la playa del arena, matando un hombre y poniendole temor a el y a otros: y porque el enemigo era señor del passo por donde le avia de yr el socorro, y que no le podia venle de otra parte, y que los naturales se avian retraydo a la ciudad, quedando dellos muertos en la playa que todo esto se supo, de lo que dezia en su descargo. Y fue grande daño el rendirse esta fuerça, y acobardarse el Alcayde, porque si ayudara con su artilleria pudiera hazer grande estrago en las lanchas quando yva a desembarcar, y se tiene por cierto no desembarcaria alli por entonces; y demas desto, su propia artilleria sirvio para batir el fuerte, puertas y muralla de la ciudad, llegando cerca, y descubriendo el fuerte de santa Ana, de que era Alcayde, el capitan Alonso de Vanegas, regidor de la dicha Isla. La vanguardia del enemigo, le disparo dos pieças que las balas se vieron dar por medio de la gente, con que a toda priessa se retiraron mas atras, llevando rastro los caydos con las dichas valas, y se pusieron do estavan encubiertos, y alli estuvieron hasta que vino la noche.
Aquella noche el enemigo se acerco a la ciudad, y despues a media noche, del dicho fuerte de Santa Ana se le disparo dos pieças juntas que se assestaron donde avia mucha cantidad de municiones en sendas, que luego se taparon y encubrieron.

Fuente: transcripción propia (y aún necesitada de arreglos) del facsimile de la “Relación Sumaria impresa en Sevilla”.

Fuente de la imagen: La armada de Van der Does ante Las Palmas. Grabados para una batalla.