martes, 28 de junio de 2016

Relación Sumaria: 28 de junio de 1599

Habiendo llegado una armada holandesa de 76 navíos con 8000 hombres de guerra a la ciudad de Las Palmas, cuando la isla entera contaría con unos 5000 habitantes, lograron desembarcar al cuarto intento. Tras escaramuzas e intercambios de artillería e intentos de toma de zonas alta sobre la ciudad, con muertos y heridos dentro de la Torre de Santa Ana, la resistencia se va complicando...




luego otro dia prosiguio el enemigo su bateria, y para ello fue trayendo del puerto pieças más gruessas: supole que fueron nueve, y poniéndolas en una trinchea que aquella noche hizo de tablones y arena, a tiro de mosquete, desde el fuerte de Santa Ana, desde luego que amaneció hasta ora de mediodia, sin cesar lo batió, hasta que vino a abrir un gran portillo del parapeto que se descubría la playa de arena, por do se jugava el artillería, y arrimándose a un esquadron de mil mosqueteros más a la Yglesia de San Sebastian, davan rociadas tan apriessa que impedia jugar del Artillería.

También con algunas de las dichas pieças disparava el dicho cerro de san Francisco, del qual y de la dicha cerca de Santa Ana, la gente que se le mato al enemigo hasta medio dia, uno pieça que le llevo mas de veynte ombres segun se supo después: y antes de medio dia saltó la municion en el dicho cerro de san Francisco, y aunque los señores del Audiencia la mandaron hazer, no fue toda la necessaria, por no aver orden, ni aliño, por lo qual se disparava en el dicho cerro de san Francisco las pieças con tres y quatro balas menudas.

Y reconocida esta falta por el enemigo prosigio su bateria con mas furia, y aunque aquella mañana no avia el dicho enemigo subido a lo alto del risco cerca de la Yglesia de Santa Catalina, y del venia marchando hazia la dicha montaña de san Lázaro, aquella propia mañana avia ydo la compañia de Francisco de Carvajal, de Galdar, y la del Capitan Arencibia, de Terore, por los dichos riscos, a reconocer en lo que entendia el enemigo, y viendolo yr, los dichos enemigos no esperaron, y se retiraron y batirxaron(???) al dicho risco, en fin puso fuego a las puertas de la ciudad, y las empeçó a batir y su parapeto, y el de la muralla a partes, que por ser todo flaco, la yva deshaziendo.

Entrose hazendo daño a los naturales que estavan de la parte de adentro, y a esta ora que seria medio dia, se supo y vido como yvan onze vanderas del enemigo, con un esquadron de hasta dos mil y quinientos mosqueteros, por un termino de Tamarasayte, poco mas de media legua de la ciudad, donde avia ydo por detras de los arenales, y que venian marchando por un camino llano, un poco cuesta abaxo, que venian a parar al dicho cerro de san Francisco, y montaña de sant Lazaro, lo qual causó mucho alboroto entre los naturales; por lo qual, y lo demas que esta dicho, y ver la falta de municion para la Artilleria, y que no tenia ninguna mosquetería, con que resistir al enemigo en partes acomodadas, ni se esperava socorro alguno de ninguna parte; se fueron desanimando. Y visto que el dicho cerro de San Francisco, no tenia trincheas, ni ninguna otra fortificacion; y que el enemigo con su mosqueteria desde el camino por do venia, podria limpiar todo lo alto y llano del dicho cerro, sin aver con que ofenderle, se conocio por todos ser forçosa la retirada.

Y aunque no era posible resistir al enemigo, y quitarle la entrada de la ciudad, por lo qual a la deshilada, se fueron todos retirando a la ciudad, para yrse por otra parte. Tambien estando buscando escalas para entrar gente de refresco en el puerto de santa Ana, porque de la que se le avia dado tenia heridos y muertos veinte hombres, aviendo el dicho Alcayde Alonso de Vanegas, tapado la puerta, y echado las llaves a la mar, los Artilleros, y gente que estavan dentro la destaparon, y con hachas la rompieron: y salieron dos heridos con ellos, sin poderlos detener. En fin, los naturales no se atrevieron al dicho esquadron de onze vanderas, y a mas de seys mil hombres, que estavan en la batería, y no  avia parte en el camino de Tamarasayte hasta el dicho cerro de quebrada, ni barranca donde poderles esperar: y visto por los señores Regente y Oydores la retirada de la gente natural, sin poderles detener, baxaron del dicho cerro de san Francisco a la ciudad, y fueron a la muralla y puerta de la ciudad; y viendo que avia poca gente, y se yva retirando: y viendo que el esquadron de onze vanderas venia de hazia  Tamarasayte, baxo del dicho cerro el dicho Licenciado Chamoso, y el Sargento mayor y Capitanes, que avia allí, y se juntaron con los demas Capitanes que estavan en la muralla y puerto, y los dichos señores del Audiencia, visto que no avia gente ni fuerça con que hazer resistencia, se fueron retirando de la Ciudad, y se detuvieron con muy grande riesgo de sus Señorias, y por yr el Audiencia y llevar los libros y papeles del Archivo della, y tambien por hazer llevar tres pieças de artilleria de Campo fuera de la ciudad, y enterrar otra mas pesada que se escapó.

En fin el dicho dia Lunes veynte y ocho de Junio en la tarde, el enemigo entró y se apoderó de la ciudad. Los señores del Audiencia luego se fueron al pueblo más cercano della que se llamava sancta Virgeda, legua y media de allí, y acudio el Licenciado Chamoso Teniente, y el Sargento mayor y Capitanes de la ciudad y pueblos, y se embio orden para todos los demas con graves penas se juntassen, y assi se juntaron parte de la gente de la Isla , y se ordenó de inquietar al enemigo en la ciudad, y cansarle la gente, particularmente de noche dándoles rebatos y matándoles la gente que se pudiesse, y que se le hiziese salir de la ciudad como en efecto se hizo, porque le mataron el dia que entraron el la ciudad, y otros cerca de la ciudad en heredades, y en las entradas de los que se desmandavan y apartaban de los demás, y en todas las noches matándoles las centinelas y postas que ponían en los caminos a la entrada de la ciudad, y reformándoles de gente, fueron de los naturales, veynte ombres sueltos a reconocer una de las postas, donde avia treynta ombres, y los doze dellos fueron descalços, acercandoseles tanto, que en vistiendo juntos, mataron al que hazia la posta y otros nueve, y los demas huyeron hazia la ciudad, y assi de ultimo vino a no aver quien se quisiesse encargar de Posta, y a poner en cada una, compañia entera, y siempre de noche andavan con las armas acuestas por los rebatos que los naturales les davan por muchas partes.

Fuente: transcripción de Marianne de Eli (aún necesitada de arreglos) del facsimile de la “Relación”. http://mdc.ulpgc.es/cdm/ref/collection/aea/id/1741
Fuente de la imagen: Cómo los holandeses conquistaron la isla de Gran Canaria. Grabados para una batalla. http://mdc.ulpgc.es/cdm/singleitem/collection/MDC/id/85694/rec/8Resumen: